El Tigre Ramírez es asignado como nuevo ministro de Deportes del Paraguay por el presidente de la República Santiago Peña.
Por Federico Piris.
El exfutbolista César Ramírez ha demostrado ser una figura polémica. Si bien algunos lo elogian por su experiencia como futbolista profesional, otros cuestionan su idoneidad para ocupar el cargo. Además, cuenta con varias denuncias por supuestas irregulares al frente de la gobernación de Canindeyú.
La designación de Ramírez genera expectativas altamente positivas. Primeramente, su trayectoria como jugador de fútbol lo convierte en un referente; luego, su conocimiento del ámbito deportivo podría ser una gran ventaja para el desarrollo de políticas y programas en beneficio de los atletas.
El actual ministro enfatiza que el deporte es fundamental en los jóvenes atletas, porque ayuda a mantenerse alejado de los vicios que perjudican la salud e incluso la carrera profesional. Uno de los aspectos más criticados de la asignación de Ramírez es su supuesta falta de transparencia. Ha sido acusado de corrupción y de favorecer a personas cercanas a él en la asignación de recursos y oportunidades. Esto ha generado un clima de desconfianza que ha socavado la credibilidad de su gestión.
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Hasta el momento no se ha visto un plan claro para el desarrollo del deporte en Paraguay, ni se han implementado políticas concretas que mejoren las condiciones de los deportistas y que fomenten su rendimiento.
Si bien es comprensible que su experiencia se centre en el fútbol, como ministro se espera que promueva y apoye el desarrollo de todas las disciplinas, dando igual oportunidad a todos los atletas.
La gestión del Tigre Ramírez como gobernador es cuestionada por su falta de transparencia. Como ministro de Deportes habrá que evaluar su desempeño en el cargo y considerar si realmente va cumpliendo con las expectativas y necesidades de los deportistas paraguayos.
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