El domingo 4 de noviembre Cerro Porteño y Olimpia disputaban la fecha 17 del torneo Clausura, a la que el conjunto Decano llegaba como favorito tras quitar 7 puntos de ventaja a su escolta, precisamente, el Ciclón.
Por Fausto Rolandi.
Lo que se esperaba que sea una verdadera fiesta, quedó manchado una vez más por un bochornoso arbitraje del poco experimentado Oscar Velázquez, árbitro joven que pudo consagrarse o, como en este caso, condenarse con un partido que se le fue de las manos.
Vayamos con la crónica del encuentro. Olimpia llegaba con el apoyo de su público, con las entradas totalmente agotadas y con todas las de ganar. Pero enfrente se encontraba el rival de toda la vida, y sabemos que en un clásico no importa quien llegue mejor o peor. Es un partido aparte y así fue.
Hay que hacer mención de honor a un futbolista en especifico en el conjunto azulgrana. Él es Fernando Ovelar, que con tan solo 14 años abrio la cuenta y se convirtió en el anotador más joven de la historia de los clasicos. Sin duda, dio que hablar en cada rincón del mundo, pues se hicieron eco de su hazaña en España, Inglaterra, Brasil y Argentina, entre otros.
Levantando de vaselina ante la salida de Alfredo Aguilar, un gol soñado para un chico que tiene potencial y al que deben cuidar en Cerro para que pueda crecer y llegar hasta donde él quiera, porque es un crack.
Respondió Olimpia con la primera gran polémica de la tarde. Luego de un enredo, remató Néstor Camacho en una fina posición prohibida para establecer el empate e irse así al descanso.
El segundo tiempo empezó con chances para ambos equipos, hasta que a los 94 minutos se produjo una falta a favor de los azulgranas y Marcos Acosta Rojas se encargó de meter el que, para muchos, era el gol del triunfo que hacía explotar el grito euforico de los hinchas de Barrio Obrero.
Ya se había cumplido el tiempo en el reglamento, pero aun así se jugó hasta los 110 minutos y de penal el delantero decano Jorge Ortega dejó el resultado en tablas, estableciendo el 2 a 2 final que para nada se tomó bien en Cerro.
MUCHA POLÉMICA
Trifulcas, peleas dentro del estadio, peleas entre dirigentes e incluso amenazas. Una vez más, el fútbol fue el gran perjudicado dentro de lo que debió haber sido una fiesta, pero que lastimosamente nunca puede ser completa.
Al menos a mí no me va eso de que los clasicos se ganan así. No. Es mentira. Se gana jugando bien y sin cosas raras, o por lo menos tendríamos que tener árbitros preparados para un espectáculo de tanta repercusión e importancia. Lastimosamente, el perjudicado siempre acaba siendo el fútbol y, en este caso, el fútbol paraguayo.
No tuvieron lo suficiente con lo que pasó dentro del estadio, que varios dirigentes que pareciera barra bravas salieron a declarar. Ahora pedirán los puntos, pero me pregunto: ¿Tuvimos que llegar hasta acá? ¿No somos capaces de darnos cuenta que hay gente no capacitada? ¿Seguiremos dando prensa a personas que buscan manchar un espectáculo?
Eso depende de todos, el cambio esta en uno mismo. Primero que todo debemos darnos cuenta de qué está bien y qué está mal, y desde ahí agarrarnos para poder mejorar. Yo al menos siempre diré cuando algo me parece incorrecto y, sin duda alguna, este clásico fue una vergüenza.
Muchas gracias por su tiempo.
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