En un clásico lleno polémicas Olimpia y Cerro Porteño empataron 2 a 2.
Por Edwin Benítez.
El domingo se disputó una edición más del súper clásico del futbol paraguayo que ponía frente a frente a Olimpia motivado tras haber goleado en el último partido teniendo 7 puntos de ventaja en la cima del torneo y un Cerro necesitado de una victoria que lo acerque a la punta para así poder seguir manteniendo viva la esperanza de poder campeonar en este torneo.
El partido en si fue muy trabado desde el comienzo, disputando cada pelota como si fuera la última. El conjunto de Barrio Obrero logro abrir el marcador mediante el juvenil Fernando Ovelar que en ese entonces era el jugador más joven en disputar un súper clásico con 14 años de edad y también logro convertirse en el jugador en marcar en tal partido, luego de unos minutos Olimpia logra conseguir el empate en los pies de Néstor Camacho que estaba en clara posición adelantada que el línea no logro percatar.
El arbitraje dejo mucho que desear por la ineficiencia que demostró el juez Oscar Velázquez que nunca supo cómo manejar las riendas del partido. Con 4 minutos de adición Cerro Porteño tiene un tiro libre a favor que lo transforma en gol gracias a una sucesión de rebotes y la decisión del lateral Acosta Rojas, luego del tanto de ventaja iniciaron los disturbios en el partido a raíz e una provocación del jugador Raúl Cáceres al banco de suplentes de Olimpia que provoco la expulsión de los dos jugadores, uno por equipo Hernesto Caballero por Olimpia y Víctor Cáceres por Cerro, luego de todos el altercado que hubo a el árbitro se le ocurre agregar un minuto más al encuentro con el tiempo ya terminado luego del tiro libre de Cerro que provoco la reacción de los mismos. Con la reanudación del juego luego de un pelotazo al área por parte del equipo de Olimpia se genera una evidente falta sobre Juan Patiño y se marca la pena máxima que Jorge Ortega lo transforma en gol, esa fue la gota que colmó el vaso de los jugadores, cuerpo técnico e hinchada cerrista que generaron disturbios entre en el estadio y fuera de él.
Fue un clasico que pasara a la historia por todo lo ocurrido, pero que fue manchada una vez más por la violencia provocado por la ineficiencia de un árbitro que demostró no estar lo suficientemente preparado para dirigir un partido de esta magnitud.
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