La fiesta se vivió en la tarde del domingo, en una edición más del superclásico, donde el arbitraje se adueñó del protagonismo.
Por Shirley Montiel.
Olimpia y Cerro Porteño empataron en la tarde del domingo por el marcador de 2 a 2, en un clásico muy polémico donde parecía que dejaba como ganador a Cerro, pero el arbitraje tuvo mucho que ver para que Olimpia lo pueda empatar.
El primer tanto para el Ciclón fue tras una jugada en donde Juan Aguilar vio habilitado a la joyita Fernando Ovelar, de 14 años, para la definición. Ovelar se metió en la historia del fútbol paraguayo al debutar y también marcar en un superclásico.
Con ese primer gol, Olimpia empezó a presionar más hasta que encontró la paridad por medio de Néstor Camacho, que desde una posición adelantada marcó el empate. En la etapa complementaria no bajaron los decibeles, por la necesidad que tenía el Ciclón de avanzar hacia el arco de Aguilar y sacar ventajas en el marcador. Así tuvieron varias oportunidades.
Ya casi en el final, Garnero metió hombres en el sector medio y defensivo, mientras Cerro siguió buscando por medio del Conejo Benítez y Rodrigo Rojas. Pero un impensado como Marcos Acosta Rojas dio vida al equipo de barrio Obrero, que en cuestión de segundos desvaneció sus esperanzas de quedarse con la victoria, tras haber cobrado un penal para Olimpia para el empate y así llevarse un punto a casa.
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