Te contamos por qué ellos deben ser quemados, más los dirigentes de los clubes del Paraguay, por la equivocación de poner a estos incapaces.
POR ALBERTO DEL VALLE.(*) Hace un año, todo los paraguayos estaban preparando sus maletas para el Mundial Rusia 2018.
Luego del cambio de gobierno en la APF, el payaso del presidente Mario Abdo Benítez apenas esperó que la selección paraguaya pierda su primer partido de eliminatoria en Asunción para poner, al día siguiente, a Juan Ernesto Villamayor como seleccionador.
Lo hizo sabiendo que este señor, en tres años, bajó a tres equipos al descenso.
A partir de ahí, ya saben lo que pasó: nos quedamos otra vez a ver desde la TV el Mundial.
Pero las cosa no terminó ahí. Marito negoció para que fueran archivados los casos de algunos dirigentes de clubes populares que eran investigados por financiar a las barras bravas.
Además, aumentó la violencia en los estadios. En un mes la policía reportó siete muertes por culpa de las barras, cuya cantidad se había reducido en los anteriores gobiernos. Había más disciplina.
¿Cómo demostrar que Marito fundió la Asociación Paraguaya?
Primero: Sólo faltaban quince puntos para ir al Mundial.
Segundo: Contratar a un técnico que en toda su carrera solo consiguió descensos.
Tercero: Cambió medio equipo titular en la selección paraguaya y dio autoridad a Derlis González para ejecutar el penal decisivo contra Brasil, cuando nos bastaba un empate para ir al repechaje.
Estamos más atrasados que años atrás, cuando ya habíamos avanzado tanto al punto de estar al nivel de los ingleses.
Para mí, quienes deben ser quemados son el presidente de la APF, su Comité Ejecutivo y los dirigentes y presidente de los clubes del Paraguay.
*Esta columna fue escrita por Alberto del Valle para el periódico deportivo digital “Misterio del fútbol paraguayo”.
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