El en ultimo minuto, el Decano logró el empate.
Por David Ortega.
Uno de los partidos más esperados del año contó con una magnífica actuación del juvenil Fernando Ovelar, quien adelantó a Cerro Porteño en el marcador. A sus 14 años, el azulgrana entró en la historia de los superclásicos al aprovechar el pase de Aguilar y, tras la salida del arquero, pinchar la pelota para mandarla al fondo de la red.
Ninguno de los dos demostraba superioridad, pero Cerro Porteño aprovechó la primera llegada cambiándola por gol.
Un Olimpia indeciso en defensa y desconectado en ataque logró empatar de contragolpe, mediante Nestor Camacho, que aprovechó para mandarla a guardar y así poner el encuentro 1 a 1.
En el segundo tiempo, Jubero intentó adueñarse del balón con el ingreso de Jorge Rojas y Hernán Novick, mientras que a Olimpia le costó bastante recuperar el balón tras la salida de Richard Ortiz, aunque aprovechaba los espacios que dejaba el Ciclón en la faena del convertir el gol de la victoria.
Cuando se iba el partido, tras pase de Churin, Marcos Acosta convirtió el segundo tanto para el Ciclón.
Tras el gol, el árbitro Óscar Velázquez agregó un minuto más. Olimpia decidió enviar un pelotazo largo al área de Antony Silva y Acosta pasó de ser ídolo a villano, cometiendo un penal. Jorge Ortega lo cambió por gol y el superclásico culminó 2 a 2.
Con muchas polémicas, porque Camacho en el primer gol estaba en posición adelantada y el tiro libre con el que Cerro se adelantó en el marcador no debió ejecutarse porque ya se consumieron los minutos que el juez principal agregó.
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