Un superclásico historico, que dio mucho que hablar y en el que la figura fue un niño, ¡el niño de oro!
Por Brenda Vera.
El superclásico del fútbol paraguayo Olimpia vs. Cerro Porteño siempre da mucho que hablar, y no es para menos, son los equipos más populares, y esta vez más que nunca dio mucho que hablar a propios y extraños.
No faltó nada. Creo que este último clásico disputado, para bien o para mal, quedara para la historia.
Fernando Ovelar, el niño de 14 años, fue la revelación del partido. Tuvo un magnífico desempeño futbolístico, marcando incluso un golazo, el primero del partido, gol histórico que recorrió el mundo y fue elogiado por propios y extraños.
Portales de prensa de varios países se hicieron eco del gol de Ovelar. Ya lo llaman el niño de oro, lo que llenó de orgullo a sus padres, a los hinchas de Cerro e incluso a muchos olimpistas.
El niño de Oro de Cerro Porteño, tras ingresar de titular y marcar un gol en el superclásico, rompió varios récords y se metió en la historia.
El pequeño genio se convirtió en el jugador más joven en jugar un superclásico, el más joven en convertir en Primera División. También superó a Roque Santa Cruz, embajador del fútbol paraguayo, actual jugador de Olimpia.
Por cosas de esas y emociones gratas, que el fútbol de Santa Cruz estaba presente dentro de la cancha jugando para Olimpia. Precisamente pasaron varias décadas para que fuera superado su récord. Él, ya todo un señor que en cualquier momento se retira del fútbol; Fernando Ovelar, un niño de 14 años que apenas está empezando, le sacó ese récord.
Que grato, lindo y sorpresivo es el fútbol, que en un superclásico ocurren cosas como esta.
Más allá de las polémicas y de la violencia que hubo, al final el superclásico se destacó por varios motivos. El momento en que fue cambiado Ovelar, aparte de ser ovacionado por hinchas de Cerro Porteño, también fue ovacionado por algunos hinchas olimpistas.
Un clásico nunca fue ni será perfecto, pero desde aquí destacamos lo mejor del encuentro y a la figura del partido: ¡Fernando Ovelar!
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