El domingo pasado se llevó a cabo el último enfrentamiento del año entre Olimpia y Cerro Porteño por el torneo local, teniendo en cuenta que aún podrían enfrentarse por Copa Paraguay. Ambos se llevaron 1 punto en un duelo que no se olvidará en mucho tiempo.
Por: Annie Antonella González Ledesma.
Como en cada juego en que los dos clubes más grandes del país se enfrentan, la previa ya se vivió semanas antes con la típica lucha entre hinchas, vía redes sociales, sobre cual de los dos posee la mayor cantidad de simpatizantes. En este cuarto superclásico la mayoría olimpista se notaba a simple vista. Podemos presumir que esto se debe a que el franjeado fue local y los hinchas retiraban sus entradas con el pago de la cuota del mes de noviembre.
Si bien los errores arbitrales comenzaron desde los minutos iniciales, con el remate de Diego Churin en posición adelantada no cobrado y llegadas fuertes, parecía que el partido no se le iría de las manos al joven árbitro debutante (en clásicos). Con el transcurrir de los minutos, todo se iba volviendo más intenso y todo se iba complicando.
El primer tanto fue una obra maestra del juvenil de tan solo 14 años Fernando Ovelar, apodado por sus familiares como "Lorito", nieto del jugador de fútbol “Loro” Ovelar. Cabe resaltar que fue su primer gol en Primera y ante el clásico rival. También rompió otros dos récords siendo el jugador más joven en marcar en la historia de los superclásicos y en la del fútbol paraguayo. Es un gol y un jugador de los que se seguirá hablando por mucho tiempo, ya recorrió el mundo mediante diferentes portales digitales.
Una de las figuras y pieza clave del Decano se hizo sentir en las redes. Se trata de Néstor Camacho, quién luego de 10 minutos del primer tanto de Cerro emparejó nuevamente el marcador con un polémico gol, ya que se puede constatar que fue en posición adelantada, acción que el línea dejó seguir y molestó de sobremanera a los miembros del Ciclón.
Culminó el primer tiempo 1-1, aún nadie imaginaba lo que se vendría después. El juego se volvía cada vez más intenso. ¿Algo que resaltar? Al ser cambiada la "joya de 14 años", tanto el público azulgrana como el olimpista lo despidieron en medio de aplausos, misma acción se repitió al ser sustituido el goleador del club Olimpia, Roque Santacruz.
Nos transportamos hasta el minuto 90 en el que el árbitro adiciona 4' más de juego. Algunos pedían más, mientras que otros menos, teniendo en cuenta que se realizaron los cambios que les corresponde a cada club y algunas jugadas que se tardaron en reanudarse. Es aquí donde el clásico se empieza a convertir en uno que no se podrá olvidar en un buen tiempo.
Llegado el minuto 93, se sanciona una falta a favor de Cerro Porteño. El árbitro Óscar Velázquez permite que se efectúe, el balón se encuentra en el aire cuando se cumple el minuto adicionado, pero… de esta jugada llega el gol que hasta ese momento los dejaba como ganadores a los azulgranas.
El anotador había sido Acosta Rojas, ya en el minuto 94 con varios segundos, cosa que los jugadores del Olimpia reclaman al árbitro, mientras que los de Cerro festejan entre todos dentro del campo.
En medio de los festejos, Churin acusa un golpe y cae. Empiezan las escaramuzas que terminan con la expulsión de Herneso Caballero por el lado del franjeado y de Víctor “Topo” Cáceres por el lado del azulgrana.
Cuando ya se calmaron las aguas y parecía que el partido llegaba a su final, Velázquez adiciona un minuto más de juego. Esto lo reclamó toda la banca del club visitante.
Tanta fue la mala suerte del juez principal y del club Cerro Porteño, que del mediocampo jugaron largo por el carril derecho a Otálvaro, quien bajó para Patiño y recibió la falta dentro del área por parte del que minutos antes había sido el héroe de la noche: Acosta Rojas. El encargado de cambiar el penal por gol fue Jorge Ortega, quien no desaprovechó la oportunidad.
El árbitro principal marcó el final del juego y lo que comenzó como una fiesta terminó como un enfrentamiento campal con jugadores enfrentándose entre sí; con un candidato a presidencia, Raúl Zapag, intentando agredir al juez principal; con efectivos policiales tratando de separar a los que se convirtieron en las figuras, opacando el gran descubrimiento de esa tarde: Fernando Ovelar.
Las discusiones fueron tales que los hinchas ubicados en norte rompieron las vallas de seguridad y pasaron hasta plateas, donde se enfrentaron con los hinchas de Olimpia. Estos recibieron represión por parte de la policía y cascos azules.
El clásico del fútbol paraguayo terminó con un empate a 2, con goles que vinieron luego de culminar los minutos de adición, penal, expulsiones, enfrentamientos lamentables, actuación de efectivos policiales...
Al decir todo eso pareciese que hablamos de un juego entre equipos populares de favelas, pero no. Esto sucedió nada más y nada menos que en nuestro país, Paraguay.
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