En el clásico se pudo observar las deficiencias del arbitraje, que destaparon una problemática arrastrada de tiempo atrás e instala la pregunta: ¿cuál es la eficacia en el desempeño del arbitraje en Paraguay?
Por Hugo Espínola.
Si bien no se puede generalizar, con frecuencia acontecen innumerables quejas de diversos clubes respecto al accionar del arbitraje, despertando el cuestionamiento sobre la labor de dicho sector deportivo, el más importante.
Así como los jugadores requieren de constantes prácticas para demostrar su desempeño eficaz, también se genera una necesidad inmediata de capacitaciones e innovaciones en el procedimiento del arbitraje en los partidos de fútbol, la adecuación a normativas, la utilización de la tecnología, la actualización y el estudio constante para adquirir conocimiento sobre la intervención que deben llevar a cabo para resolver un conflicto inmediato dentro de la cancha.
Debe ser prioridad de los árbitros y una necesidad actual, pues depende del accionar de los mismos para que el juego demuestre justicia, equidad y un acontecimiento sin violencias posteriores.
Lastimosamente en el último superclásico del año los protagonistas no fueron los atletas, como el chico Ovelar que con apenas 14 años convirtió un gol para su equipo en un clásico, ni el jugador que marco a los 102 minutos de juego, como el caso de Ortega.
Los principales actores fueron los árbitros y en especial el juez principal Oscar Eduardo Velázquez, a quien con apenas 40 partidos en Primera División le confiaron la mayor fiesta deportiva del país. No estuvo a la altura del espectáculo, dejando al desnudo la crisis organizacional en la Comisión de Árbitros de la Asociación Paraguaya de Fútbol.
La urgencia en que se produzcan los cambios dentro de esta entidad es el grito popular de la afición deportiva en general, y tal vez incorporando tecnología como en las grandes ligas vecinas, la esencia del futbol vuelva a nuestros campeonatos.
Hoy un compatriota pierde la brillante oportunidad para asegurarse una insignia como Arbitro de FIFA, y consolidar su jovial carrera profesional, tras errores cometidos, hasta de sus asistentes.
Es momento de la renovación total de nuestra máxima institución deportiva del Paraguay.
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